Presentación


Este blog se crea con el objetivo de dar a conocer una nueva visión del ser humano, mostrándolo como una globalidad de funcionamiento que debe respetarse, pero también tiene como objetivo provocar la “reflexión” (Reflexología Celular es el nombre de la técnica, más adelante también hablaremos del por qué de este nombre).

Nos gustaría que todas las tomas de conciencia que nosotros hemos ido realizando a lo largo de nuestro trabajo, basado en el estudio de los “cómos” y “por qués” de un referencial común a todos los seres humanos y además invariable desde su descubrimiento en el año 1985, el Organigrama Holoenergético, (fruto de la investigación y puesto en evidencia por los doctores Claude Piro y André Secondy) sirvan para espolear vuestra curiosidad y provocar así inquietudes coherentes y lógicas, que respondan a ese punto común que todos los seres humanos tenemos y llevamos impreso desde nuestra concepción, cuando solo éramos una primera célula…

martes, 12 de noviembre de 2013

Reflexología Celular, ¿Técnica ó Método?


Hasta ahora y prácticamente en todos las entradas que hemos ido publicando, hemos hablado de dualidades: físico-metafísico cuando hablamos del ser humano,  hacer- deber cuando hablamos de nuestras acciones, criatura- creador, frente al Universo…por tanto la Reflexología Celular no podía ser menos  y  también necesita de una dualidad de términos para poder ser definida en su globalidad: técnica-método.
Pero antes de continuar creemos imprescindible mostrar las diferencias entre ambos términos, pues a menudo existe la tendencia de mezclarlos, hasta el punto de llegar a parecer que quieren decir lo mismo. Técnica, es la aplicación práctica de un método o de unos conocimientos científicos, método es una forma de actuar o comportarse, un conjunto de reglas, o un procedimiento científico que se sigue para descubrir la verdad y enseñarla.

La Reflexología Celular  debe su nombre a la parte física que la compone, es decir, la técnica, ya que su aplicación está basada en medir las respuestas reflejas, de ahí su nombre, que emiten las células cuando se las somete  a determinados estímulos (en este caso, estímulos fotónicos). Como técnica nace del trabajo de investigación realizado por los doctores André Secondy y Claude Piro, que durante más de doce años estudiaron las respuestas espontáneas celulares sobre miles de individuos ante dichos estímulos. El análisis de los datos constantes y reproductibles así obtenidos, les permitió descubrir el Organigrama Holoenergético, referencial, estable aunque no estático,  de funcionamiento para todos los seres humanos e invariable desde que fue descubierto en el año 1985. En él se muestra de manera esquemática, cómo las células deben leer las instrucciones inscritas en el ADN, para permitirles hacer un trabajo totalmente adaptado al momento presente en el que se encuentren, lo cual define su dinamismo e implica estar en continua evolución. Como técnica, y basándose en el Organigrama Holoenergético como referencia,  ha desarrollado un protocolo de actuación para poder ser aplicada  y permitir que las células recuperen el funcionamiento espontáneo para el que han sido diseñadas. De ahí también cuando decimos que puede ser una ayuda en la existencia.

Es así como la Reflexología Celular permite explorar la dualidad del ser humano, físico-metafísico, dualidad equiparable a la genética  y la epigenética, y pone de manifiesto cómo el desarrollo de unos elementos  idénticos a todos los hombres y materializados en su origen (mesodermo, ectodermo, endodermo), se rige por una lectura influenciada por factores materiales e inmateriales, externos e internos al cuerpo humano (afectividad, emocional, racional), y que ponen en relación la dualidad que nos define desde la primera célula.

Además, este  estudio permanente sobre las respuestas reflejas de las células en sus diferentes vertientes y facetas, dentro de su dualidad (Organigrama Holoenergético), obliga a entender la importancia de nuestra actitud sobre nuestras acciones, ya que de ella dependen  las respuestas que emitimos  ante los acontecimientos o estímulos que recibimos. Respuestas que podrán estar adaptadas o inadaptadas a la realidad de cada momento presente que nos corresponda  vivir,  durante el tiempo de nuestra existencia, poniendo de manifiesto que  debe ser el cambio de actitud  quien se adapte al diseño predeterminado del funcionamiento celular, inscrito en el ADN y no al revés, es decir, intentar que las células trabajen al “antojo” de nuestra actitud. 

Concluyendo, la Reflexología Celular ha evolucionado de técnica que quería  conocer el funcionamiento de un ser humano, a método que permite explicar la evolución del ser humano dentro del seno del Universo, la finalidad de su existencia y por tanto, la utilidad de su muerte.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿Venimos de otro mundo?

No, nos hemos vuelto locos, la pregunta tiene su sentido y razón de ser, porque  aunque todos sabemos cómo nos reproducimos,  quizás no todos nos hayamos dado cuenta de que realmente nuestro origen está  en “otro mundo”… el mundo uterino.

Si nos fijamos bien, nuestra existencia comienza en un mundo muy distinto del que tenemos por destino, el mundo aéreo, nada que ver, ya que…¡nos construimos en un mundo acuático!, un universo cerrado que deja de existir como tal, después del parto.
El origen de cada uno de nosotros comienza en una   primera célula, fruto de la unión del espermatozoide con el óvulo, este hecho en sí mismo es  un verdadero big-bang  que se produce fuera  del útero, en una de las trompas de Falopio. Desde ese instante y desde el minuto cero, comienza la división y multiplicación celular que en el mundo uterino no finaliza hasta el nacimiento del nuevo ser.
¿Y qué pasa en esos aproximadamente nueve meses?
En primer lugar se ha formado una primera célula con un capital genético diferente a todas las demás, esa célula tiene un ADN con informaciones procedentes del padre y de la madre, informaciones que van a construir un ser único  en el mundo al que va destinado, el mundo solar.
Dichas informaciones le indican que lo primero que debe hacer cuando llegue al útero, cinco días después  más o menos desde la concepción, es asegurar su propia supervivencia,  para ello crea una placenta (proceso de anidación). Después creará el cordón y el feto, y todo esto lo hace sin pararse a pensar, simplemente porque está  inscrito en el ADN de la primera célula, de la que partirán todas las demás que se van  formando, ya que todas contienen las mismas  informaciones genéticas  que la célula inicial.
Al estar fuera de ese mundo en construcción, tenemos la posibilidad de contemplar la totalidad de lo que contiene ese útero en  una mujer embarazada, y es fácil  observar que el “ser” que contiene en realidadestá formado por  tres estructuras diferentes y con distintas funciones.  Esta trinidad  que compone el “ser” es funcional, gracias al respeto de las diferencias que existen entre ellas, pero siempre trabajando sobre un objetivo, un punto común semejante en las tres.
Sin embargo, para comprender plenamente el sentido y la finalidad de este trabajo, debemos situarnos dentro de este útero grávido, por tanto, sin el conocimiento que se puede tener desde el exterior:

-La placenta, es la única estructura preparada para funcionar dentro del útero materno y de su funcionamiento depende el desarrollo  del  feto. Podríamos decir que es una estructura activa, funcional, es decir, existe, la podríamos considerar la parte física, materializada del ser.
-El feto, una estructura pasiva, no puede existir en el mundo uterino, se deja hacer, está en construcción, ninguno de los órganos que tiene pueden funcionar, porque no están adaptados al mundo en el que se encuentra, tiene manos, pies, ojos, pulmones…pero ninguno de ellos tienen utilidad alguna en un medio acuático y sin embargo, el feto es el objetivo,  la finalidad del tiempo del universo uterino. Tiempo durante el cual, la placenta no dejará de  trabajar ni un solo instante, sin conocer nunca qué es aquello para lo que trabaja incansablemente y que poco a poco le va restando su espacio, pues la muerte de la función placentaria  indica el comienzo del parto.
Frente a la placenta y en oposición a ella, podríamos decir que el feto es la parte metafísica del ser, destinado a materializarse por sus acciones y funcionalidad en otro mundo, diferente del acuático que le contiene y permite su  construcción a través de la placenta.
-El cordón, su misión es la de mantener unido al feto con la placenta  y viceversa, permite  la comunicación, la relación  entre ambas estructuras, a través de él pasan las informaciones en ambos sentidos, estableciendo el intercambio respetuoso, el equilibrio del ser.
¿Pero y cuando el embarazo llega a su fin?
Cuando el tiempo del embarazo se termina, una parte de ese “ser” muere, la placenta deja de producir las hormonas necesarias que  luchaban contra el rechazo materno, lo que desencadena el nacimiento del feto en el mundo aéreo, donde será funcional después de que sea estimulado por el aire y la luz, lo que le permitirá existir en este mundo.
Por analogía, ese bebé será como la primera célula del ser, pero en el mundo solar, de hecho tiene el mismo capital  genético que la primera célula que llegó al mundo uterino, el mismo que la placenta, que el cordón y que el feto, ya que una de las características de la división y multiplicación celular es que las informaciones  del ADN se transmiten  de manera  idéntica, todas las células comparten el mismo ADN. Cuando el bebe nace, lo único que ha hecho es cambiar de mundo, su capital genético sigue siendo el mismo,  es como si lo hubiéramos cambiado de una mano a otra.  Pero en el nuevo mundo, en este caso el mundo solar, tendrá las mismas instrucciones que tuvo en el mundo uterino para el desarrollo del ser, es decir, desarrollar una parte física funcional porque está adaptada a este mundo y una parte metafísica que será funcional en otro mundo, desconocido , pero que al igual que el feto era el objetivo durante el tiempo del embarazo, ahora será  el objetivo durante el tiempo de esta existencia.
La salud la podemos considerar como el testigo del desarrollo del ser humano durante su tiempo de existencia, que debería  transcurrir en armonía entre su parte física y su parte metafísica:
"Lo que materializamos aquí a través de nuestras acciones, (como la placenta in útero), es de vital importancia para la viabilidad de otro “feto” en otro mundo diferente del mundo que conocemos".


lunes, 4 de noviembre de 2013

¿Realmente sabemos lo que somos?


Hablamos de una nueva visión del ser humano, lo presentamos como una dualidad de funcionamiento, intrínseca en nuestra propia programación, físico – metafísico, y la armonía entre ambas partes  será sinónimo de salud.
Provenimos de una única y primera célula que va a permitir, mediante el proceso de división y multiplicación celular, la construcción de todo nuestro organismo, necesario para la  materialización que nos permitirá existir. Pero, ¿cuál es el origen de todo lo que nos compone?
En Astrofísica se dice que somos “polvo de estrellas”. Existe un video en clave de humor que Emilio García, astrónomo responsable de divulgación del CSIC explica de manera muy simple y resumida, por supuesto, el por qué de esa afirmación (sugerimos ver y escuchar este video divulgativo ). En él, de manera gráfica y amena muestra como los elementos de los que estamos formados han sido “heredados” del propio Universo, sin ningún “halo” de esoterismo ¡gracias!, lo que contribuye a desdramatizar la realidad que nos compone, por mucho que nos cueste admitirla.

Pero, si somos polvo de estrellas… ¿significa que somos un elemento más de este Universo, como el vegetal, el animal, el mineral, incluso el cielo y la tierra que fueron los primeros elementos que se formaron?  Es decir, ¿somos un producto de la propia evolución del Universo?
La existencia del ser humano, se desarrolla dentro del Universo que nos contiene, regido igualmente por otra dualidad: espacio-tiempo, que es de suponer no es ninguna casualidad. Si el hombre es el último eslabón conocido de la cadena hereditaria del Universo, con una función y una estructura diferente que nos define como seres humanos, tendría todo el sentido pensar que sólo somos otra forma activa del propio Universo, un elemento más, con un trabajo a realizar, que tal vez daría sentido a nuestra existencia.
Así es, esta realidad nos obliga a respetar la continua evolución que el Universo tiene programada  y en la que estamos incluidos  ya que formamos parte de ella, y nos otorga la responsabilidad de no alterarla, pero también da una utilidad a nuestra existencia, ya que de nuestras acciones dependerá el desarrollo de dicha programación, o lo que es lo mismo, como elementos que pertenecemos a un Universo en continua evolución,  tenemos un trabajo programado y definido en el espacio - tiempo, coordenadas que rigen el universo. Nuestras acciones deben estar adaptadas a la realidad del momento presente en el que nos encontramos y además se deben corresponder con el  tiempo de la programación.
Cada uno de nosotros representamos una pieza  más de este gran puzle que es el Universo, una pieza única e irrepetible. Nuestro trabajo en esta existencia es permitir que la programación siga su curso según está diseñada, lo que nos obliga a hacer lo que debemos hacer y no lo que queremos, de nuevo se nos exige  responsabilidad…
Todo es universo…¡nosotros también!