Hasta ahora y prácticamente en
todos las entradas que hemos ido publicando, hemos hablado de dualidades:
físico-metafísico cuando hablamos del ser humano, hacer- deber cuando hablamos de nuestras
acciones, criatura- creador, frente al Universo…por tanto la Reflexología
Celular no podía ser menos y también necesita de una dualidad de términos
para poder ser definida en su globalidad: técnica-método.
Pero antes de
continuar creemos imprescindible mostrar las diferencias entre ambos términos,
pues a menudo existe la tendencia de mezclarlos, hasta el punto de llegar a
parecer que quieren decir lo mismo. Técnica, es la aplicación práctica de un
método o de unos conocimientos científicos, método es una forma de actuar o
comportarse, un conjunto de reglas, o un procedimiento científico que se sigue
para descubrir la verdad y enseñarla.
La Reflexología Celular debe su nombre a la parte física que la
compone, es decir, la técnica, ya que su aplicación está basada en medir las
respuestas reflejas, de ahí su nombre, que emiten las células cuando se las
somete a determinados estímulos (en este
caso, estímulos fotónicos). Como técnica nace del trabajo de investigación
realizado por los doctores André Secondy y Claude Piro, que durante más de doce
años estudiaron las respuestas espontáneas celulares sobre miles de individuos
ante dichos estímulos. El análisis de los datos constantes y reproductibles así
obtenidos, les permitió descubrir el Organigrama Holoenergético, referencial, estable
aunque no estático, de funcionamiento
para todos los seres humanos e invariable desde que fue descubierto en el año
1985. En él se muestra de manera esquemática, cómo las células deben leer las
instrucciones inscritas en el ADN, para permitirles hacer un trabajo totalmente
adaptado al momento presente en el que se encuentren, lo cual define su
dinamismo e implica estar en continua evolución. Como técnica, y basándose en
el Organigrama Holoenergético como referencia,
ha desarrollado un protocolo de actuación para poder ser aplicada y permitir que las células recuperen el
funcionamiento espontáneo para el que han sido diseñadas. De ahí también cuando
decimos que puede ser una ayuda en la existencia.
Es así como la Reflexología
Celular permite explorar la dualidad del ser humano, físico-metafísico,
dualidad equiparable a la genética y la
epigenética, y pone de manifiesto cómo el desarrollo de
unos elementos
idénticos a todos los hombres y materializados en su origen (mesodermo,
ectodermo, endodermo), se rige por una lectura influenciada por factores materiales e inmateriales, externos e
internos al cuerpo humano (afectividad, emocional, racional), y que ponen en relación
la dualidad que nos define desde la primera célula.
Además, este estudio permanente sobre las respuestas
reflejas de las células en sus diferentes vertientes y facetas, dentro de su
dualidad (Organigrama Holoenergético), obliga a entender la importancia de
nuestra actitud sobre nuestras acciones, ya que de ella dependen
las respuestas que emitimos ante
los acontecimientos o estímulos que recibimos. Respuestas que podrán estar
adaptadas o inadaptadas a la realidad de cada momento presente que nos
corresponda vivir, durante el tiempo de nuestra existencia, poniendo
de manifiesto que debe ser el cambio de actitud quien se adapte al diseño predeterminado del
funcionamiento celular, inscrito en el ADN y no al revés, es decir, intentar
que las células trabajen al “antojo” de nuestra actitud.
Concluyendo, la Reflexología
Celular ha evolucionado de técnica que quería
conocer el funcionamiento de un ser humano, a método que permite
explicar la evolución del ser humano dentro del seno del Universo, la finalidad
de su existencia y por tanto, la utilidad de su muerte.
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