Presentación


Este blog se crea con el objetivo de dar a conocer una nueva visión del ser humano, mostrándolo como una globalidad de funcionamiento que debe respetarse, pero también tiene como objetivo provocar la “reflexión” (Reflexología Celular es el nombre de la técnica, más adelante también hablaremos del por qué de este nombre).

Nos gustaría que todas las tomas de conciencia que nosotros hemos ido realizando a lo largo de nuestro trabajo, basado en el estudio de los “cómos” y “por qués” de un referencial común a todos los seres humanos y además invariable desde su descubrimiento en el año 1985, el Organigrama Holoenergético, (fruto de la investigación y puesto en evidencia por los doctores Claude Piro y André Secondy) sirvan para espolear vuestra curiosidad y provocar así inquietudes coherentes y lógicas, que respondan a ese punto común que todos los seres humanos tenemos y llevamos impreso desde nuestra concepción, cuando solo éramos una primera célula…

martes, 10 de diciembre de 2013

Egocentrismo


Si en el último artículo publicado explicábamos la diferencia entre dos términos (TÉCNICA Y MÉTODO) que se utilizan indistintamente sin tener el mismo significado, en este nuevo artículo vamos a definir, o mejor, establecer las diferencias entre términos que usamos a menudo mezclando su significado, hasta hacerlos parecer casi idénticos en lo que definen de manera muy distinta.
Comenzamos así a hablar del Organigrama Holoenergético, único referencial que registra la expresión de todos los elementos que componen al ser humano, da explicación a la relación que existe entre ellos (todos partimos de una única célula) y permite afirmar que somos, cual heredero, el último eslabón de la cadena evolutiva del Universo.
Es a través de este Organigrama Holoenergético que fue posible poner de manifiesto que nuestro sistema celular, en cualquiera de las facetas que componen al ser humano, funciona en base al EGOCENTRISMO y es a través del protocolo de trabajo establecido, que es posible reactivar su funcionamiento.
Pero ¿sabemos distinguir el Egocentrismo?, sí ya sé, todos han pensado en ese “ego” tan manido y un tanto deformado que se utiliza en ocasiones de forma despectiva, pues hay una gran tendencia a confundirlo, mejor dicho, a fundirlo, a mezclarlo en un único concepto (una vez más), en este caso con el egoísmo, si bien es cierto que semánticamente, ambas palabras tienen algo en común: el “EGO”.
Pero, después de definir egoísmo y egocentrismo, verán como este “ego” mal enfocado impide centrarlo en la realidad de nuestro funcionamiento.
Antes de continuar, haré un pequeño retroceso en el tiempo y tal vez estos "cuatro" renglones, previos a la definición del EGOCENTRISMO, sirvan para darle la importancia que tiene comprender su significado en nuestro funcionamiento, cosa que yo no he sabido apreciar hasta “antes de ayer”.

Hace ya más de diez años decidí acudir a “probar” la técnica (entonces Metodología Holoenergética) que tan excelentes resultados tenía, por mis problemas de salud, los cuales, la Medicina tradicional no era capaz de solucionar. En aquélla época, cualquiera que acudíamos a este tipo de “consulta”, (algo atípica, eso sí), lo hacíamos empujados por los síntomas ya fueran físicos, psíquicos o relacionales, motivos más que suficientes para buscar alguna posibilidad de “curación”. En esa primera consulta, el secretario que nos recibía (un personaje algo atípico también), nos daba a todos e independientemente del motivo de nuestra consulta, un pequeño texto impreso y escrito por el Dr. Piro, donde de manera bastante resumida sobre el “por qué” y el “cómo” de su investigación y su efecto sobre la salud, daba paso a la explicación del concepto del EGOCENTRISMO, (lo hacía con un sencillo ejemplo que utilizaré a continuación).
En aquél momento no fui capaz de entender cuán importante hubiera sido tener en cuenta esta sencilla explicación, pues el hecho de entender, de asimilar, el alcance de su significado me habría servido, trasladándolo a mi vida cotidiana, para no bloquear con mi mente (educación, religión…) el funcionamiento de mis células (un ejemplo de Epigenética).
Un funcionamiento egocéntrico lo muestra muy claramente la naturaleza a través del vegetal, en este caso un árbol: Éste, necesita el gas carbónico para mantenerse vivo, transformándolo en oxígeno que expulsa porque es un desecho nocivo para él, mientras que nosotros necesitamos este oxígeno que transformamos en gas carbónico y que expulsamos porque es un desecho nocivo igualmente para nosotros.
¿Qué pasaría si el árbol tuviese un arrebato de altruismo? No cogería nuestro gas carbónico, resultado: el hombre y el árbol morirían ¿y si tuviese un arrebato de egoísmo?, no aceptaría expulsar el oxígeno, resultado: el hombre y el árbol morirían igualmente. Pero si acepta pasar por su centro, por sus células, lo que le es necesario, su funcionamiento celular va a liberar ese oxígeno necesario al hombre y si el hombre hace lo mismo, va a liberar el gas carbónico necesario al árbol.
Es un ejemplo práctico, sencillo y sin embargo, es difícil plantearse que esa sencillez de acción que define el EGOCENTRISMO a través de la función del vegetal, del árbol, pueda estar tan “bien escondida” a los ojos de todos, precisamente donde nunca se nos ocurriría buscar, en el fondo de nosotros mismos, en nuestro origen y que de la misma manera, con la misma sencillez de acción, explica el funcionamiento celular: las células del páncreas, nunca van a fabricar insulina (a modo de reserva), antes de detectar el azúcar en la sangre, lo cual indica que nuestras células sólo viven en la realidad de cada momento presente, aceptando y respetando la función para la que están diseñadas, actúan espontáneamente, no hay nada que pensar.
El funcionamiento egocéntrico es fundamental para una buena relación entre los distintos componentes del hombre y de éste, con los diferentes componentes del propio Universo. Por el contrario:
-El egoísmo obliga a ser el centro de todo y de todos, sin respetar ni el tiempo ni el espacio de los demás.
-El altruismo, mucho más sencillo de vivir en sociedad, donde el centro de todos los demás pasa por el nuestro, olvidándonos del tiempo y espacio propios, sin respeto a nuestras posibilidades de acción, a nuestro diseño.
El EGOCENTRISMO, nos obliga a pasar todo por nuestro centro, nos fuerza a aceptarnos tal y como somos, lo cual nos permite cambiar si advertimos que estamos provocando una desarmonía con cualquiera de los elementos que coexisten en nuestro cuerpo y fuera de él, en los distintos entornos que nos rodean, desarmonía que antes o después se pondrá de manifiesto a través de acontecimientos, o bien con patologías a tratar.
Tanto en el egoísmo como en el altruismo el centro pasa a estar “descentrado”, sea ocupando el centro de otros como en el caso del egoísmo, o bien dejándonos ocupar nuestro centro por los demás, como en el caso del altruismo.
Estas formas de actuar, impiden la toma de conciencia de la realidad funcional intrínseca al ser humano, alejándole cada vez más del fondo original, de esas memorias innatas, que como en el árbol, definen la espontaneidad de acción celular igualmente en el hombre.