Ayudar a existir no es “resolver” la existencia, ni la casuística
que nos puede acontecer en nuestro día a día, ni tan siquiera los síntomas que
nos puedan afectar.
La situación política actual, prácticamente
mundial, nos brinda un ejemplo claro del patrón o modelo que se identifica con
el término “ayuda” en la sociedad actual.
Vivimos en la creencia de que “una ayuda” tiene el cometido de ser algo
que resuelva de manera drástica y permanente el
acontecimiento que estemos viviendo o padeciendo, esta forma de pensar
nos lleva a CREER que de no ser así, el sistema no es válido o tiene carencias,
es decir, nos conduce obligatoriamente a responsabilizar siempre a “los demás”
de nuestra situación, sin darnos cuenta que con esa actitud pasamos de ser
adultos responsables, a niños, sin ninguna posibilidad de acción ni
reclamación, por tanto, sin la opción de cuestionar su irresponsabilidad, ni
como sociedad, ni grupo de trabajo, ni familiar…etc.
Para tener un punto común de partida y no caer en la
trampa de la interpretación de “las palabras” y entrar en un bucle que no nos
conduzca a nada, veamos qué significado tiene la palabra “AYUDA” en el
diccionario: Acción que una persona o entidad hace de manera desinteresada para otra
por aliviarle el trabajo, para que consiga un determinado fin, para paliar o
evitar una situación de aprieto o riesgo que le pueda afectar, etc.
Bien, pero, qué tal si a la vez
de “pedir ayuda” se hiciera el ejercicio de preguntarnos cada uno el ¿por
qué hemos llegado a ciertas situaciones en nuestra existencia? La
pregunta, deja abierto como mínimo, un esbozo de respuesta….y si fuésemos
capaces de escuchar para entender y no para responder, la toma de conciencia de nuestros
actos sería inmediata además de paso imprescindible para aceptar cambiar y evolucionar y no perder el
tiempo ni hacerlo perder a los demás repitiendo los acontecimientos una y otra
vez, pues comparten un mismo fondo que no evoluciona en el
tiempo, sólo aparentemente, lo cual obliga a que lo único que cambien sean las
formas (actores y escenarios).
Hecha la introducción, desde la
simple definición que se hace en el diccionario de la palabra “ayuda” y aunque
me gustaría matizar alguna de las palabras que se utilizan en dicha definición
(para no caer en hermetismos que sólo conducen a errores y pérdidas de tiempo) donde
dice –“de manera desinteresada”- para la Resfo sería: de manera neutra,
base principal para la aplicación de nuestra técnica. No hay ni debe haber
ningún tipo de interés por parte del terapeuta en dirigir el resultado del
tratamiento, sencillamente se hace una escucha activa de las respuestas que
emiten las células durante la aplicación del protocolo. Como las carencias las
expresan las células y no la mente de la persona, la necesidad que expresan es exacta y en la
realidad de ese momento, así la ayuda se produce únicamente en relación directa
a la demanda, no somos ni altruistas ni egoístas…no damos de más ni de menos,
ni tampoco hay nada que imaginar.
En esto consiste nuestra ayuda, en
reactivar herramientas propias a cada sujeto, adaptadas a la realidad del tiempo de existencia de cada
uno, para aliviar este trabajo y conseguir un determinado fin (que no
conocemos) para paliar y evitar una situación de riesgo que le pueda estar
afectando sin ser conocedor de ello, pues la mente, no tiene la posibilidad de
saber ni comprender nuestro funcionamiento celular…aún peor….cree que lo sabe
todo, cuando lo único que realmente puede conocer y saber es cómo manipular e imponer, sin
respetar el tiempo necesario a cada persona para el trabajo de fondo y su
evolución.
RESFOSALUD NOVIEMBRE 2019.
Gracias!
ResponderEliminarde nada Manuel...un placer "ayudar" a comprender
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